24 julio, 2014

Sueño03

"Ya era tarde, pero era cosas de minutos...
Me instalé en el frío de la tarde en este callejón oscuro, abandonado de las bondades de la ciudad. Por su arquitectura debe ser muy antiguo, ¿Pilares barrocos?, parece que al menos tenían buen gusto para ornamentar las calles en aquellos años.
No me gustaba mucho matar mujeres, aunque debo confesar que era más sencillo: debía usar menos fuerza y con el sólo hecho de verme se quedaban paralizadas. Sé que no soy feo, pero debo ser muy intimidante para causar tal impacto en mis víctimas.
Espero no manchar mi ropa, ni tener que echar a la basura mi bufanda o mis zapatos. Fue un lujo que pude darme con el dinero del trabajo anterior. Ese pobre tipo debe estar bien acompañado esté donde esté ahora.
Miro el reloj varias veces, sin siquiera preocuparme por ver la hora. Es una mala costumbre que adquirí de joven, que sigo haciendo muy a menudo. 
Hace poco alguien me dijo que tengo TOC, ¿Será posible para alguien como yo?. Es cierto que soy un poco fanático del orden, y es que en mi trabajo debe ser así. El desorden es pagado con barrotes de hierro o incluso peor. Son las consideraciones que debo tener en lo que hago, o pienso.
Una mente desordenada también interfiere, como ahora lo estoy haciendo, dejándome llevar por pensamientos vagos en vez de enfocarme con lo que viene.
Miro el reloj y ahora veo la hora. "Está un poco retrasada... es raro en ella".
Es extraño conocer tanto a estas personas, incluso llegas a tomarles un poco de aprecio. Otro pensamiento basura. Me está poniendo nervioso.
No quiero perder está oportunidad; no creo en segundas oportunidades para mi trabajo. Es ahora o perder el pago.
Me acerco al borde de la muralla que da hacia la calle, para tener un panorama actualizado de la situación.
A lo lejos suena una canción, que se queda en el aire como niebla que se desvanece de a poco... "Killer Queen", ¡Qué buen tema, mierda!
Veo como dos policias hacen su ronda nocturna entre un tumulto de gente acelarada, que va y viene calles arriba y abajo. "La ciudad de la furia". Nadie sabe dónde va, pero van con prisa.
A lo lejos distingo entre la multitud un rostro familiar, con unas gafas violeta.
"Te estaba extrañando ya..."
Apoyé el cuerpo en la muralla exterior a la vista de todos y me quedé quieto, tratando de encender un cigarro.
Se acercaba lento, pero justo en mi dirección. Me hacían muy fácil el trabajo; "dinero fácil" hubiese dicho mi papá.
Es raro pensar en él en estos momentos, considerando que casi lo mato cuando me enteré que era sicario.
"Lo hago por ustedes" fue su excusa, pero ahora sé en carne propia, que lo hacia también por placer, por esa adrenalina. Por esa ponzoña que te recorre el cuerpo al momento de quitar una vida.
Vuelvo a lo mío. Camina y camina sin imaginar nada.
Los policias siguen de largo, conversando o comentando alguna anécdota jugosa de sus años de servicio previos.
Está a tres pasos de donde estoy.
Me muevo rápido y me agacho frente a ella, simulando que ato mis cordones. Ella frena en seco, y me queda mirando. Me levanto rápido sin que pueda reaccionar al ver mi cara.
"Disculpa", y la arrastro al callejón sin hacer ruido. Su cuello es delgado y frágil, sólo un poco de presión bastó para hacerla callar, y un poco más para sentir el quiebre.
Se ha ido. Una más.
Fue fácil. Ni siquiera pude ver la expresión de sorpresa en su cara. 
La electricidad me recorre el cuerpo, me siento bien, me siento ... libre.
Recorro el callejón y sigo disfrutando la arquitectura de las ventanas y pilares.
¡Qué bellezas! Creo que tendré que llamar a mi maestro, porque esa ventana de ahí me enamoró.
Quiero una así en mi casa, y ahora que tengo un dinero extra, me daré ese lujo.
Seré asesino, pero tengo buen gusto.
¿Estará abierto el super mercado?..."