Siento el nudo que se deshace para dejarme zarpar a la inmensidad.
Lentamente el puerto se difumina sutilmente,
Delicadamente sin dudas.
Tibio aroma del café en la mañana,
Dulce sabor del vino por las noches,
Viento en las calles circulares
De un poblado estival,
Risas ajenas, memorias absurdas,
Circo de caretas.
Sin duda estuve ausente sin querer,
Pues del vorágine de emociones no puedo escapar,
De una rutina venenosa y absorbente.
Adiós, no soy el que solía ser, rojo...