21 abril, 2014

Duda ~

Tiendo a dudar mucho.
Creo que eso también lo dudé.

¿Por qué ser víctima de ella?

Ya entre la estrecha arboleda es difícil ver el cielo,
pues aunque la Luna yace tenue, su luz se disuelve.

La duda como enredadera se apodera de todo,
del muro y del pecho del desprevenido,
y hasta una palabra pone en tela de juicio la razón,
estocando la convicción y el fragelo dulce de la memoria.

¿Dudas de mi?

Pues duda del Creador egoísta que calcó su hazaña épica,
duda de tus frías noches en la solitaria penumbra,
y duda de tus patéticos intentos por ser alguien,
pues el gentío se alimenta de la duda, 
salen los depredadores devorando a los incosencuentes,
saboreando sus lamentos y gozando de su altruísmo.

Pon en duda tu miserable vida,
esa que dices vivir en felicidad, pero al caer la noche
es una más de las otras, sin sentido y vacía.
Duda del amor que creíste propio y marchó solo en Otoño;
de la mano tibia que acariciaba tu cara y apuñalo tu pecho.

Duda de tus dudas, porque son astutas.

Busca en un rincón esa seguridad que sólo te da el silencio,
que crees conocer bien, que nunca te decepciona.

Teme a la duda de las segundas veces,
para bien o para mal, pues las segundas son definitivas, 
empiezan la cadena de sucesos sin control, de esa nueva rutina,
esa rutina que llena de risas tu boca, de miedos tu corazón.

¿Crees conocerlo y conocerla bien?

No quiero plantar la duda, pero aquel que dices conocer, 
estando solo es otro.
Un ser parcial e incompleto, que llora por las madrugadas de su falta de madurez,
que golpea paredes hasta sangrar y muerde sus labios para no gritar.

¿Y ella?, 
Ella lo recuerda a diario, en cada hoja que avanza del libro que lee, 
en cada canción que suena en sus oídos, en cada aroma que siente al despertar.
Dice estar bien y feliz contigo, pero duda de lo que siente, pues del caos nació
y en caos vive a diario.
La duda es parte de ella y la decisión ya abandonó esa cruzada.

Duda de todos, de tí, duda del miedo y de la oscuridad.
No sabes qué hay escondida en ella.

Duda de todas estas palabras, duda de mi convicción,
pues es la fecha donde el tiempo cae a la acera,
y el vino sabe más dulce y tibio.

No temo a la duda, pues como dijo el sabio Dante:

"Más que saber, dudar me gusta más"

Pues en el quizás y el tal vez se encierra una magia poco conocida,
del último aliento, de ese instinto de sobrevivir, de ser feliz, de ser amado como tal,
o ser uno más de ello, pertenecer al clan de los vivos, de los comprendidos y oídos.

Duda, pues del quizás, florezca el sí.