29 abril, 2014

Circo Tibio de Abril~

Mira el cielo.

Que el gris sea la lona de esta carpa; la carpa del Circo Tibio de Abril.
Donde los nostálgicos hacemos piruetas en la memoria, sólo con el salvaresguardo de un colchón de hojas amarillas.
Las calles se vuelven pistas de baile, donde las siluetas nostálgicas se mueven al compás de un dulce vals etéreo. Sin dudas, sin vacilar, al filo de un llanto ahogado; corren,corren por la pista gris, camino al gran escenario.
Se apagan las luces; las estrellas iluminan las tablas. Hace su aparición el protagonista: Melancolía.
  
Todos en silencio observan sus delicados pasos; parece que flotara entre las estrellas. Dulces brillos caen en la carpa, cómo azúcar, endulzando el aire, contagiando el sabor de los recuerdos, dulces recuerdos.

Se abre paso entre los acróbatas y bailarinas, esconde su rostro en las sombras de este Circo. Todos buscan saber quién es, y la pregunta se esparce entre los espectadores.

¿Quién en esa tibia dama que cabellera inmemorable, reluciente bajo la Luna de Abril, que lleva en sus manos una pluma y una daga, blandiendo con gracia y astucia, una máscara escarlata, letal y seductora?

Todos empiezan a marcharse, y el colchón de hojas muertas se barre del escenario. Fue una buena temporada, pero hay que dar paso a los fríos festivales de Invierno, ya pasó el tiempo del Circo, pero volverá año tras año, trayendo consigo malabares y acrobacias, atrayendo nostálgicos y pensadores, guíando con su música y luces los corazones perdidos entre las tibias ráfagas de Abril, de la niebla imaginaria de Junio, pues el Circo no cesa su marcha, su caravana avanza de hemisferio, recorriendo parajes épicos, de tierra y sangre.

Te estaré esperando Melancolía, pues de tí no me canso, de entre piruetas y juegos, has hecho de mí un poeta de fino pensar y gran sentir. Sin tí, no habría enigmas ni desvanecer; el camino al infierno se vería claro y seductor. 
Reserva ya tu entrada al Circo Tibio y disfruta del espectáculo, no sabes cuándo podrías estar perdido, y sin darte cuenta, estar en el trapecio, aferrándote en el columpio de la memoria, muy muy, lejos del suelo.