Pues, soy positivo. No digamos que soy fanático del transporta público, pero no soy de los que se quejan constantemente. Tengo la suerte de que la micro que me sirve pasa por fuera de mi casa hasta la puerta del trabajo. Fuck Yeah! y qué?
Bueno, sólo que demoro 1 hora 45 minutos en la mañana y 1 hora 15 durante la tarde.
3 horas de mi vida aquí, pero 3 horas para mi.
Me encanta ponerme los audífonos y poner PLAY. Ahí se acaba el mundo real, y comienzo a navegar en mi mente, mis memorias, ideas, fantasías, todo lo que vive en mi cabezota.
Miro por la ventana del metro y veo una pintura hermosa; Una ciudad bañada por el crepúsculo, donde los matices del cielo van desde el negro, pasando por anaranjado y terminando en un celeste. Se me olvida que voy haciendo contorsionismo dentro del vagón, o que tenga una cartera de una señora enterrada en la costilla.
La música le da vida a ese paisaje, y comienzo a filmar un videoclip para la canción que suena. Aparece una guitarra, un bajo y una batería, un micrófono frente a mi, y me lanzo. Tampoco soy de esos tipos con sus Air-Guitars ni sus Baterías invisibles, para nada. Todo pasa por mi mente. Y mientras la gente ve a un cabro de camisa y chaqueta, yo soy el vocalista de Cuerda Floja, empezando a vibrar mi garganta al compás de los acordes.
Despierto con el "Señores Pasajeros...".
Fue un buen concierto de 1 y 15, con artistas invitados, covers y un repaso total a mis temas. Me despido de mi público emocionado, prometiendo que mañana volveré. Todos los días pasa algo nuevo, y los aplausos tienen un sabor distinto.
Volveré, hasta que el fin de semana nos separe gente!