No conozo a muchos que adoren madrugar, sólo mi abuela.
Las mañanas de día de semana, o mal nombrados, dia laborales, son tortuosas. Aunque me levante con ánimo, el frío y el sueño hacen lo suyo, y al final, aunque esté feliz, las odio.
La peor mañana es la del día Lunes. Maldito Lunes!! D:
Nunca los domingos me acuesto temprano, soy de sueño laaargo y aparece este día tonto a cortar mis horas de placer culpable :(
Si tuviera un deseo, pediría que se borraran los lunes del calendario. Para siempre.
Aunque después odiaría los martes y los miércoles, etc etc.
Lunes, entiende, soy yo, no eres tú :(
Siempre me baño en la mañana, y pienso en mi día o días anteriores, nunca pienso en la ducha cosas para adelante. Sólo medito mucho, canto, y siempre se me ocurren las respuestas que debi darle a alguien días atrás, y que en verdad, dije alguna tontera sin sentido.
Si tuviera una ducha encima de mi silla del escritorio cuando escribo, ya tendría algún premio literario. O habría encontrado la cura a alguna enfermedad mortal o parte del secreto de la vida. Es una cosa impresionante las ideas que aparecen en una ducha, creo que debe ser el vapor del agua potable, como tiene cloro, al inhalarlo produce un estado de catarsis, o quién sabe.
Me demoro mucho, Quizás qué pensará mi mamá jajaja
Cuando salgo de mi casa, mi perro siempre se queda mirando por la ventana. Hay veces que prometo me devolvería a abrazarlo y quedarme con él. Es tan tierno, y pone su carita de pena al verme afuera, y para más remate, se pone a llorar. Tendría que ser demasiado insensible para ignorarlo.
"Salgo cada amanecer y parece que está todo igual ..."
Siempre los choferes de la micro con el café en la mano, tratando de capear el frío de las mañanas en invierno, y su buen sanguche en las mañanas de verano.
En el paradero las misma personas que deben tener un horario parecido al mío. Oficinistas, secretarias, profesores, colegiales, Mamás con hijos chicos, Papás con bebés, etc. Hay de toda la fauna en ese metro cuadrado de ciudad.
El viaje siempre entre soñoliento, con música y un buen libro, es acompañado por el sol que tímidamente sale tras la cordillera cada mañana. La hora transcurre tranquila, y llego a destino.
Típicas mañanas de semana. Rutina?, pareciese, pero siempre hay algún detalle.
Como ese encuentro con algún conocido y esa sonrisa que te regala a primera hora del día.
O ese pensamiento que se viene a la cabeza al mirar el cielo azul después de la lluvia. O quizás algo más simple. y ver entre la gente alguien parecido a un conocido, e instantáneamente sonreir de la sorpresa.
Nunca son iguales las mañana, las tardes ni las noches. Es cosa de estar atentos a las casualidades de la vida, eso que se te pone por delante mientras respiras y sólo depende de tí que se convierta en algo que cambie tu día.
Si creo en las casualidades?, en parte, porque me gustan las sorpresas, pero todo tiene su objetivo, y si sucedió es porque así se quiso. Lo más probable es que sea importante en mi día, mis días o mi vida.
Depende tan sólo de tí.